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[Modelo: Eva (una amiga)]
Lo último que puede perder un payaso es su sonrisa. Si la pierde, lo ha perdido todo. Y su existencia se tornará a limitarse en tardes soleadas y tristes buscando la mísera compañía de su propia sombra, en sueños con globos de colores en sus manos, en buscar la sonrisa de algún niño que pasara por su lado y se detuviera por su gran sonrisa roja, por cambiarle el agua a la flor de su peto de colores por no ser nunca utilizado para la clásica broma, con el estómago vacío por no poder llenarla de risas de gente pequeñita y de personas grandes con arrugas en la cara también, de ir a la tintorería dos veces por semana porque su ropa está deprimida y tiene que volverla de color, y por cubos de rubik sin resolver, sin tener a nadie que le ayude a hacerlo.
No, un payaso no puede vivir en soledad. Un payaso se sustenta de tu risa, de tu ilusión y de tus ganas de ver que es capaz de hacer. Si no tiene a nadie con quien jugar, entretener o hacer sonreír, se le borrará la suya propia y… lo último que puede perder un payaso es su sonrisa. Si la pierde, lo ha perdido todo.
[Resto de la sesión de fotos Sesión Eva Clown]