.... ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ....
Escuchaba lamentar entre sollozos estridentes a una niña pequeña, muy pequeña, demasiado pequeña para que pudiera comprender esa carniceria, aun que ciertamente, ni una persona adulta podría hacerlo, con su voz temblando, como si buscara a alguien (seguramente a sus padres) entre tanta desesperación.
.... ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ....
Repetía, una y otra vez, una y otra vez... con voz desgarrada, hipándole la voz de tanto llorar; y yo solo podía escucharla tirado en el suelo, sin poder hacer nada por ella, por consolarla, por ayudarla, por protegerla, sin poder moverme, con mi cuerpo rígido, sientiendo cada vez más moscas posandose sobre mis dedos y mi nariz, y la piel cada vez mas helada y la sangre que antes corría caliente por mis venas cuagulandose por segundos.
¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ....
Y escuché algo más... botas, muchas botas, acercándose deprisa pero con cautela, pasando unas rozandome los brazos, sintiendo unas manos que tiraban de mi pelo y unos ojos clavandose en los mios abiertos que ya no podían ni pestañear, escudriñándome, cerciorandose de algo, diciendo palabras en una lengua extraña que no podía comprender, otras botas pasando por encima de mi, pisándome, aplastandome el cráneo contra el suelo y resquebrajándolo. Y ahora solo puedo escuchar un pitido ensordecedor y ecos a lo lejos...
La niña dejó de repetirse esa pregunta sin respuesta, pasó a dar un grito de pánico. Estruendo de piel chocando bruscamente contra piel. Grito de dolor y de miedo. Ruido de la ropa al rasgarse. Empujón. Alarido. Golpe contra la pared. Armas. Llanto de impotencia. DISPARO. Olor a sangre. No más llanto. Golpe contra el suelo. Risas, risas, risas.... Cuerpo siendo arrastrado. Olor a muerte.
Escuchaba lamentar entre sollozos estridentes a una niña pequeña, muy pequeña, demasiado pequeña para que pudiera comprender esa carniceria, aun que ciertamente, ni una persona adulta podría hacerlo, con su voz temblando, como si buscara a alguien (seguramente a sus padres) entre tanta desesperación.
.... ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ....
Repetía, una y otra vez, una y otra vez... con voz desgarrada, hipándole la voz de tanto llorar; y yo solo podía escucharla tirado en el suelo, sin poder hacer nada por ella, por consolarla, por ayudarla, por protegerla, sin poder moverme, con mi cuerpo rígido, sientiendo cada vez más moscas posandose sobre mis dedos y mi nariz, y la piel cada vez mas helada y la sangre que antes corría caliente por mis venas cuagulandose por segundos.
¿Por qúe? ¿Por qúe? ¿Por qúe? ....
Y escuché algo más... botas, muchas botas, acercándose deprisa pero con cautela, pasando unas rozandome los brazos, sintiendo unas manos que tiraban de mi pelo y unos ojos clavandose en los mios abiertos que ya no podían ni pestañear, escudriñándome, cerciorandose de algo, diciendo palabras en una lengua extraña que no podía comprender, otras botas pasando por encima de mi, pisándome, aplastandome el cráneo contra el suelo y resquebrajándolo. Y ahora solo puedo escuchar un pitido ensordecedor y ecos a lo lejos...
La niña dejó de repetirse esa pregunta sin respuesta, pasó a dar un grito de pánico. Estruendo de piel chocando bruscamente contra piel. Grito de dolor y de miedo. Ruido de la ropa al rasgarse. Empujón. Alarido. Golpe contra la pared. Armas. Llanto de impotencia. DISPARO. Olor a sangre. No más llanto. Golpe contra el suelo. Risas, risas, risas.... Cuerpo siendo arrastrado. Olor a muerte.
Silencio.
Gritos lejanos.
Explosión.
Silencio.
Silencio.
Muerte.
Silencio.
Gritos lejanos.
Explosión.
Silencio.
Silencio.
Muerte.
Silencio.
Y cada una de mis lágrimas secas se preguntó: ¿Por qúe?